El futuro cliente o potencial socio del proyecto acerca a la Compañía una intención o propuesta respecto a un proyecto determinado. En ese momento llevamos a cabo una primera evaluación, con el objeto de determinar su efectiva viabilidad técnica, comercial y económica.

Es parte de nuestra política no participar de proyectos que consideremos que, por no cumplir con alguno de estos aspectos, sus posibilidades de éxito sean dudosas. Conocemos nuestra capacidad de ejecución y nuestra frontera de posibilidades de producción, lo cual determina nuestro límite de proyectos que podemos atender con responsabilidad en forma simultánea. Por lo tanto, elegimos embarcarnos exclusivamente en aquellos proyectos que sabemos que serán un éxito en todo sentido.

Una vez superadas las primeras reuniones, y definida la idea general del proyecto o negocio inmobiliario, avanzamos con la etapa de croquis preliminar, en la cual plasmamos en papel las ideas generadoras y confeccionamos los primeros presupuestos para encarar un plan de negocios, el cual determinará de dónde surgirán los fondos que financiarán la obra. Paralelamente estudiamos la normativa vigente, con el objeto de saber si nuestro proyecto es suceptible de llevarse a cabo, o si habrá que efectuar modificaciones, siempre que sean plausibles.  Luego hay que empezar a reunir el grupo de trabajo idóneo para el proyecto, convocando otras reuniones con potenciales interesados, propietarios de terrenos, contratistas, etc.

El proyecto se lleva adelante poniendo atención en cada detalle. Se efectúa toda la documentación de obra, municipal, etc. Se realizan los cómputos y presupuestos para tener bien definido lo que se va a hacer. Es fundamental estudiar y definir la totalidad del proceso antes de comenzar a utilizar cualquier recurso de obra, ya que de esta forma se ahorran muchos problemas posteriores, tiempo y recursos económicos. En la oficina también estudiamos la logística, la ejecución, el detalle de la participación de los distintos gremios involucrados, máquinas, equipos de trabajo, cuadrillas, etc. Según nuestra visión, cada elemento constituye una pieza clave de un mecanismo general perfectamente coordinado.

Finalmente elaboramos diagramas de Gantt y flujos de inversión, los cuales contribuyen a la total coordinación de la obra con los recursos disponibles, y el plan de negocios planteado. Todo esto forma parte de la etapa de planificación.

Una vez cumplimentados a conciencia todos los pasos anteriores, proceder con la obra puede aparecer como algo simple, aunque no lo es. Esto se debe a que todo fue cuidadosamente estudiado y planificado con anticipación. Porque contamos con un activo intangible clave: el conocimiento y control del proceso que conlleva todo proyecto. Conocemos bien el trabajo en obra, es nuestro expertise. La experiencia nos permite encarar con naturalidad y soltura lo que a primera vista puede parecer imposible. Cada recurso de la Compañía conoce con antelación su tarea, ya que todo fue ya diagramado previamente. El control en obra es exhaustivo. El trabajo está presente todos los días. De mañana, de tarde, domingos y feriados. La constancia es la única vía para asegurar el éxito.